Día del Libro 2023

Si hay algo que une a pequeños, pequeñas y mayores en el Liceo La Paz es el gusto por las historias. Los cuentos nos han acompañado a lo largo del tiempo: descubriendo mundos nuevos, presentando personajes maravillosos, narrando aventuras increíbles y cambiando con sus lectores/as y oyentes.

Los primeros cuentos populares pretendían conservar las tradiciones y enseñar a distinguir lo correcto. Eran un divertido manual del bien y del mal que terminaba con una clara moraleja. Así conocimos al malvado lobo, al valiente príncipe y a la encantadora hada madrina. Blancanieves, Caperucita Roja y Garbancito, entre otros muchos, vivirán para siempre en la fantasía oral.

Sin embargo, los protagonistas de las narraciones cambiaron mucho y nuestros/as niños/as leen, cuentan e inventan historias cada vez más impresionantes. Un sinfín de posibilidades se abre entre los nuevos cuentos en los que los lobos son vegetarianos, las princesas se salvan solas y no importa nada si el patito era guapo o feo.

Todo esto y mucho más analizaron y plasmaron los/as alumnos/as del Liceo de todas las etapas para celebrar el Día del Libro. En Educación Infantil pidieron ayuda a los/as que más cuentos conocen: los/as abuelos/as. Además, los/as pequeños/as se pusieron en la piel de narradores/as y escritores/as. En Primaria las aulas y los pasillos lucen preciosos con leyendas de ayer y de hoy. Los cuentos infantiles ent todos los idiomas también llenaron los pasillos de Secundaria.

En todos estos proyectos, sorprende la imaginación del alumnado para reinventar y actualizar contenidos y formatos. Vale la pena tomarse un tiempo y leer estos trabajos llenos de color y arte en los que todo es posible: publicaciones en periódicos nacionales de noticias sobre Blancanieves, Cenicienta o el gato con botas; la entrevista íntima y privada al príncipe de la Bella Durmiente, al más puro estilo de la prensa rosa;  la triste historia de un joven Peter Pan que necesita volar y escapar de un hogar violento o el enfado de una intrépida Cenicienta que reclama unas zapatillas de baloncesto para competir, y no un delicado zapatito de cristal.

Por mucho que cambien, los cuentos son y siempre serán una casa de palabras. Como decía Victoria Siedlecki: Un refugio que nos acerca, rompe fronteras y nos hace más libres.

 

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