Desde que cerramos la puerta de nuestras aulas y nos despedimos deseando que el reencuentro fuese feliz y temprano, el tiempo parece haberse detenido. Los días pasan desordenados y las semanas se entremezclan, haciendo que perdamos la cuenta del calendario. Sin embargo, desde las ventanas de sus hogares, unos ojos atentos y curiosos observan como, a pesar de todo, la naturaleza ha dado la bienvenida a la primavera. Y es que para los niños y niñas del Liceo y sus maestros, el cambio de las estaciones nunca pasa desapercibido.
Durante los meses que hemos compartido juntos nos hemos preparado para la llegada del “primer verdor”. Ya sea en pisos cerca …