Hallelujah


Los alumnos de Música de 4º ESO interpretaron una curiosa versión de famoso «Aleluya» perteneciente al oratorio «El Mesías«, de G. F. Händel. Además, elaboraron los carteles que, en conjunto, hacen de originales subtítulos.

Los alumnos disfrutaron tanto con la actividad que no quieren que quede relegada solo a esta grabación; ¡están deseando interpretarla en directo delante de otros compañeros!

Un poco de historia…

Händel nació en la ciudad alemana de Halle en 1685 y, tras la muerte de su padre, empezó a viajar para intentar buscar un modo de subsistir. En 1710, el príncipe de Gales, alemán como él, le nombró al frente de su equipo de música de cámara, y esto le granjeó el favor de una parte de la nobleza británica, que financió algunas de sus primeras obras. Su hijo, el futuro Jorge II, le encargó años después que compusiera varios himnos para su coronación, piezas musicales grandiosas que aún hoy suenan cuando se entroniza a un nuevo monarca británico en la abadía de Westminster.

Sin embargo, en la década de 1740, Händel cayó en desgracia en Londres, y un noble le propuso viajar hasta Dublín para dar conciertos en varias instituciones benéficas. Fue allí, en la capital irlandesa donde, preso de una extraña inspiración, consiguió escribir, en apenas 24 días, “El Mesías”.

El 13 de abril de 1742, en el Great Music Hall de Dublín, ya desaparecido, los acordes de “El Mesías” sonaron por primera vez en la historia. El estreno fue un éxito, y a Händel le llovieron los parabienes. Muy emocionado tanto por la forma en que la primera representación había resultado como por la cálida acogida que se le había dado en Irlanda, Händel anunció que nunca cobraría dinero por la representación, y que todos los derechos de autor de “El Mesías” irían a parar a tres instituciones benéficas con las que había tenido bastante relación durante su estancia en la Isla Escarlata, una cárcel y dos centros hospitalarios. Händel permanecería varios meses más en Dublín, antes de regresar a Londres, donde su mala racha ya se había esfumado, y donde estrenaría “El Mesías” un año después.

De regreso a Londres, Händel siguió escribiendo obras. Una de las más célebres que creó tras “El Mesías” fue “Música para los reales fuegos artificiales”, creada para conmemorar el final de la Guerra Austriaca de Sucesión, en 1748. Tras un accidente de carruaje, y una operación de cataratas que salió mal, Händel empezó a perder vista hasta quedar completamente ciego en 1752. Su agonía se alargó siete años, hasta su fallecimiento en 1759, en Londres a los 74 años, un año antes de la muerte del rey Jorge II. Días antes de su desaparición, Händel escuchó por última vez en un teatro londinense su obra maestra.

A su muerte, Händel era venerado como uno de los grandes maestros de su época, hasta el extremo de que, por orden del rey, se le concedió un funeral de Estado, y fue enterrado en la abadía de Westminster, en un área del transepto sur conocida como “El rincón de los poetas”. El monumento funerario en el que está enterrado Händel recuerda “El Mesías”, y muestra al compositor escribiendo esa obra.

No deja de ser simbólico que la última morada del autor de “El Mesías” sea en la abadía de Westminster, lugar de coronación del rey de Gran Bretaña, ceremonia en la que suenan los himnos que él escribió. Cada vez que suena “Zadok the priest”, es homenajeada la memoria de una de las muchas personas enterradas en esta abadía, un hombre nacido fuera de Gran Bretaña, pero que entró en el olimpo de la música gracias a una obra crucial escrita en menos de un mes.

You may also like

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *